Tuesday, May 8, 2012

Blanco-Cálido

                                                            
La semana pasada fue muy pesada.  En el día del aniversario de la muerte de mi mamá, recibí un email de mi cuñada que mi hermano, José, ya enfermo, ha caido en demencia. Después de 45 años de alcohol, cigarros  y drogas, la salud de mi hermano está en peligro.

Necesitaba un receso de la ciudad.  De hecho, quería escapar a un lugar más tranquillo.
Me gusta mucho la ciudad de Taxco, especialmente cuando hay mucho sol y las temperaturas están en los 30˚!

Taxco fue fundada por Hernán Cortés en el año 1529.  Hoy, es una ciudad de 50,000 habitantes.  Fué construida en las faldas de cerros altos.  Es uno de mis lugares favoritos en el país.
Pasé toda la tarde al lado de la alberca.   El día fue caluroso con mucho sol.  Nubes blancas flotando en un cielo claro.  No quería hacer nada excepto disfrutar el clima, la alberca y la luz del sol.  Mi unícas acciones eran caminos al bar para comprar Coca Light.

En la terraza del hotel, vi una ciudad blanca, subiendo las faldas de los cerros.  En los patios de las casas había palmas, bugambilias y pinos cipres. En la cumbre, había una estatua de Cristo, sus brazos extendidos al estilo del Cristo en Río de Janeiro.

A las 1700, asistieron amigos y familiares  para celebrar una boda.  La recepción fue en el salón de fiestas del hotel.  Cuando llegaron los novios, los invitados los recibieron con aplausos y arroz en el aire. La novia estaba bella en un vestido largo de color blanco; el novio estaba guapo en un traje grís.
Pero, fue tiempo para comer.  Me duché y salí del hotel para subir las calles sinuosas de la ciudad al Zócalo, donde había restaurantes y calles muy antiguas.  Llegué a la catedral—Santa Prisca— con un estilo barroco. Es una de las mas famosas iglesias en México.

La noche era joven pero, porque era sábado, había borrachos en las calles y los bares. Qué pena! Yo pensé en mi hermano y las elecciónes que había hecho.  Podía escapar de la ciudad, pero no podía escaparme del hecho de que mi hermano es muy enfermo.
Cuando mi hermano era joven, era un chavo dorado—muy popular, deportista, atractivo, presidente de su clase.  Pero, tenía dificultades de aprendizaje y, desafortunadamente, no pudo mantener este dorado crecimiento.

Regresé al hotel, me senté en la teraza hasta la media noche.  Miré el dia que se convirtió en noche.  Siguió la boda, y la música de Strauss llenó el aire.  Los invitatos bailaron, el papá de la novia brindó por la pareja.
En verdad, la música me puso muy triste.  Hace muchos años, viví en Viena, y aprendía bailar el vals.  Durante esa época, hablé mucho con José.  Vivía en Colorado y nos veíamos a menos anualmente.  La música me record cuando era un hombre diferente.  Lloré—lágrimos cálidas.  Fue difícil confrontar el hecho de que mi hermano va a morir.

Las luces de la ciudad brillaban en la distancia, subiendo a las faldas del cerro.  En la cumbre, Cristo abrazaba a los habitantes de Taxco.
Cuando salí a la terraza, el cielo, en la negra oscuridad, estaba  lleno de estrellas.  En el oriente, una luna se levantaba. Y, en el oeste Venus estaba ocultandose.

El Domingo, pasé todo el dia en la alberca.  Tuve dos dias blancos cálidos.  Los dias estuvieron calurosos, con trozos de nubes.  La ciudad blanca de Taxco me calmó y la boda, a pesar del hecho de que no tengo mucha confianza en la ceremonia blanca, animó el fin de semana.
Mi corazón, triste por las noticias de mi hermano, fue alegrado por días perfectos— días soleados, la boda, la música, el camino a traves de las calles magicas y las luces.

Salí de Taxco en la noche y, durante los tres horas a DF, me preparé para la re entrada.
Yo sé que es importante visitar a mi hermano.  Sé no sera fácil pero, el las palabras de Eleanor Roosevelt, “Debes hacer lo que piensas que no puedes hacer.”


Gracias a Gerardo Silverio Rodriguez, Virginia Suarez y José Trinidad Garcia Martruez.